La aplicación de las normas jurídicas en las diferentes profesiones requiere una comprensión profunda de sus técnicas y métodos. Por ello creemos que un buen abogado debe tener una comprensión profunda de las tecnologías y los métodos de sus clientes.
No basta con ser un buen jurista, es necesario también ser un experto. Por esta razón, cada uno de nosotros ha adquirido una pericia real en los campos de intervención en los que trabaja nuestro bufete.
Asimismo, creemos que la capacidad de reacción, la disponibilidad y la atención son valores esenciales que nos esforzamos en aplicar a nuestra actividad.
Consideramos esencial el hecho de ser fácilmente localizables por nuestros clientes y de poder responder a las solicitudes cuanto antes o, si es necesario, de poder remitirlos a colegas de confianza si sus necesidades no corresponden a nuestras competencias. También propugnamos la estrecha colaboración con nuestros clientes, gracias a la cual se ganan los casos.
La proximidad es también un valor esencial del bufete. Nos esforzamos por conocer en profundidad a nuestros clientes, por comprender su proyecto, sus expectativas, su estrategia y sus propios valores, y por intervenir por anticipado con el fin de proponerles un servicio que se ajuste a lo que esperan de su abogado.
Nos gusta crear una relación sincera y cordial con nuestros clientes.
Es por ello que la eficacia centra nuestras preocupaciones. Hallar la estrategia correcta, dominar las normativas y las últimas evoluciones de la jurisprudencia nos parece primordial para aconsejar a nuestros clientes de manera óptima.
